Por: Roberto Trobajo; Director General de AL Press
Los medios de comunicación son mucho más que la radio, el cine, la televisión, los periódicos y las revistas; este 4to poder en las sociedades modernas deriva no sólo en internet, sino que trasciende hacía múltiples escenarios: los foros y debates que moldean a la opinión pública.
De ahí que cada día se acreciente la necesidad de reforzar la defensa de las identidades culturales, si aspiramos a lograr sociedades justas y solidarias –vitales para sobrevivirnos- siempre que se transformen a los públicos de simples consumidores a personas con capacidades críticas.
Y es que las generaciones de hoy son las del Siglo de la Velocidad: con una mayor competencia en el uso de las nuevas tecnologías, insaciables consumidores de informaciones, pero muy tendientes al individualismo y a la enajenación política.
Para enfrentar estos retos las Universidades deben convertirse en centrales de energía creativa donde desarrollemos talentos, confiriéndosele una gran significación a la integración, diversidad, creatividad, pasión, conceptos que trasciendan sus definiciones originarias y se fundan.
Con el credo de “aprender haciendo”, apostándole a todo lo nuevo, integraremos lo mejor de nuestras herencias culturales.
Pero no podemos seguir pensando en “estudiar mucho pocos años para trabajar toda la vida”, hay que inculcarle a los estudiantes “estudiar toda la vida para trabajar toda la vida”.
A la sociedad de hoy no le sirven individuos que piensen en acumular reservas de conocimientos a los que recurrirán según los necesiten.
Se requiere de personas que quieran aprovechar y utilizar durante toda la vida cada oportunidad que se les presenten de actualizar, profundizar y enriquecer sus conocimientos para adaptarse a un mundo en permanente cambio.
Toca incitar a cambiarse mentalidades, remover modos y formas de adquirir conocimientos, las maneras de comunicarnos, para así ayudar a la gente en su adaptación a las condiciones que van imponiendo los tiempos que se viven, y sobre todo preparándonos para transcendentales cambios que se nos vienen en este mundo loco.
En manos de todos, replicando opiniones que devengan en semilleros de ideas, estarán las garantías que nos permitan vivir en el mundo que merecemos.
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