Por Andrés Villota Gómez; Columnista invitado.
La Reserva Federal de los Estados Unidos volvió a subir su tasa de intervención otros 25 puntos básicos y la llevó al 5%. Hace un año esa misma tasa estaba a niveles del 0,08%, es decir, el costo financiero de los Estados Unidos, en solamente un año, se incrementó el 73.800%.
La economía creció, en ese mismo periodo de tiempo, solamente, el 2,1%, así es imposible que Estados Unidos cuente con los recursos para atender el servicio de su deuda en el futuro.
Subir la tasa, esa monstruosidad, en solo un año, es una muestra del desespero de Jerome Powell, director de la Reserva Federal porque, se nota, ya nadie le quiere prestar más plata a los Estados Unidos y por eso tiene que subir la tasa de interés para lograr convencer a los mercados mundiales de deuda, que ya no creen más que el flight-to-quality, sea refugiarse en la economía estadounidense mientras pasa la tormenta, tras la crisis bancaria que padece.
La inexplicable obsesión de Joe Biden por financiar una contra operación a la Operación Especial de Rusia en Ucrania, está llevando a la quiebra a la, otrora, economía más sólida del mundo. En solo un año, Biden ordenó regalarle a Ucrania la mitad de lo que se gastó los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam durante 10 años.
Adicional a ese gasto inmenso, la otra obsesión de Biden, ha sido dilapidar el presupuesto de la nación asignando multimillonarias partidas para financiar la justicia climática, la justicia racial, los intereses de los travestis y las agendas de la ONU, del World Economic Forum (WEF) y de WOKE, una secta de trastornados mentales violentos. Gasto improductivo, ineficiente e inútil, aumentado de manera exponencial.
Las decisiones que ha tomado Biden de prohibir construir oleoductos y de prohibir la explotación industrial “porque el clima”, hizo que se cayera el recaudo de impuestos, entonces, para tapar ese inmenso hueco, obligó a encender las imprentas para hacer dólares. Esa ha sido la verdadera causa para que la inflación se triplique, en el mismo periodo de tiempo de un año.
El dólar americano vale cada día menos, porque hay muchos dólares y porque Joe Biden tuvo la idea genial de prohibirle a los rusos usar el dólar americano. Eso es lo mismo que el presidente de Coca-Cola, prohibiera vender Coca-Cola en el mercado.
Se hace necesario revaluar el concepto de Tasa Libre de Riesgo basada en los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años. Es evidente que la deuda pública de los Estados Unidos no puede ser el benchmark del mercado mundial de deuda pública, ni se puede seguir calculando el Emerging Markets Bond Index (EMBI) con base a una tasa que dejó de ser representativa del mercado, desde que Biden llegó a la Casa Blanca.
Además, los estadounidenses encargados de pagar esa inmensa deuda, en el futuro, pertenecen a una generación que cree que se va a morir ahogada cuando se derritan los polos, que cree que el aborto es un derecho y que cree que los hombres tienen que usar toallas higiénicas y que deben tomar Buscapina para que no les duela la panza por culpa de la menstruación. Difícil que paguen.
Es el colapso de los mercados mundiales de deuda pública porque el riesgo de impago aumenta en medio de la incertidumbre y del colapso de las economías nacionales, por culpa de las medidas adoptadas por los gobiernos de izquierda que gobiernan en América y Europa.
El senador Marco Rubio, consciente que Joe Biden, el Partido Demócrata y la secta WOKE, destruyó la hegemonía de su país para darle paso a un Nuevo Orden Mundial multipolar, advierte que en menos de 5 años, ya no van a poder aplicar sanciones económicas porque nadie va a usar el dólar americano como moneda de referencia comercial, ni el sistema SWIFT. El poder económico y político de Estados Unidos era ejercido con la presencia de su moneda a nivel global.
Eso, también, lo saben los grandes administradores de portafolios de inversión y están moviendo los capitales hacia países con sociedades culturalmente más evolucionadas y económicamente más productivas que la estadounidense. Los países miembro de los BRICS han abierto el apetito inversionista porque están haciendo todo lo contrario a lo que hace Biden y su equipo de gobierno heredado de los Obama.
Austria, Italia y Republica Checa, no quieren seguir quitándole los recursos a sus ciudadanos para regalárselos al comediante Vladimir Zelensky y no quieren seguir financiando una guerra ajena. Japón rompe el embargo a Rusia y le compra petróleo por encima del precio fijado.
Después de las confesiones hechas por los empleados de FTX sobre el destino real de los recursos entregados a Ucrania, que terminaron en operaciones especulativas sobre criptomonedas, el mundo, menos la OTAN, adopta una posición crítica frente a la ayuda a Ucrania. Joe Biden le apostó a Ucrania los pocos restos de capital político que le quedaba y perdió.
La OTAN se resquebraja después de la publicación hecha por el veterano periodista Seymour Hersh sobre el atentado perpetrado en contra de la infraestructura del oleoducto Nord Stream afectando a Alemania. Estados Unidos lo hizo en complicidad con Noruega, Suecia y Dinamarca, lo afirma Hersh con base a las pruebas recaudadas.
El presidente de Kenia, William Ruto, le dice a sus conciudadanos que mejor se deshagan de todos los dólares estadounidenses que tengan porque, en el futuro, no van a valer nada. Kenia firmó un acuerdo con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos para comprar petróleo con chelines kenianos en lugar de dólares estadounidenses.
Arabia Saudita ingresa a la Organización de Cooperación de Shanghái al igual que entra en una alianza comercial con China, Rusia, India, Pakistán y cuatro naciones de Asia Central para alejarse, aún más, de la dependencia del dólar estadounidense.
Los Sauditas se asocian con China para construir una refinería de petróleo en China por $83,7 mil millones de yuanes ($12,2 mil millones de dólares americanos). El yuan chino supera al euro para convertirse en la segunda moneda de Brasil en su canasta de reservas en divisas.
China y Francia completaron el primer intercambio comercial de gas, utilizando el yuan chino, poniendo fin a la dependencia del dólar estadounidense para el comercio de energía. China y Brasil liquidarán transacciones en sus propias monedas, abandonando el dólar estadounidense.
India liquidará su comercio en rupias indias con ciertos países en lugar de dólares estadounidenses, dice el Secretario de Comercio, Piyush Goyal. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático considera abandonar el dólar estadounidense, el euro, el yen y la libra esterlina para realizar, mejor, sus pagos y compensaciones en las respectivas monedas nacionales.
Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) están desarrollando una nueva moneda común, dice el vicepresidente de la Duma Estatal Rusa, Viacheslav Volodin. En agosto del 2023 se va a lanzar una moneda respaldada en oro y otros activos, que será común al bloque de los BRICS.
Esa nueva moneda va a ser utilizada en un mercado formado por un gran porcentaje de la población mundial y será adoptada como la nueva moneda de referencia mundial, acabando para siempre con el uso del dólar estadounidense como reserva de valor y moneda común. Asistimos a la despedida del dólar americano.
¡Chao dólar!
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