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PICHICHA DE LA MANO CON RECICLAJE DE PLÁSTICOS

Por Gabriela Castillo; Corresponsal de AL Press en Ecuador

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Elaborar botellas plásticas con material reciclado es una realidad en Ecuador. 

Esta modalidad da paso para cumplir con la denominada “economía circular inclusiva”. 

Es decir, generar un sistema de aprovechamiento de recursos (reducir, reutilizar, reparar y reciclar).

La tecnología es una aliada para cumplir con este objetivo, ya que ahora es posible que  los envases elaborados con material reciclado se reciclen. 

De esta forma, se reduce la producción de resina plástica virgen (poliéster insaturado).

Según el Ministerio del Ambiente (MAE), Ecuador genera alrededor de 245.000 toneladas de basura por año. De esa cifra, 122.500 toneladas se recuperan tras la recolección de recicladores de base.

La Cartera del Ambiente señala también que hay 12 empresas autorizadas para gestionar residuos sólidos urbanos.

Una de estas compañías es Enkador, una empresa que produce y elabora fibras y filamentos químicos, sintéticos, artificiales y naturales para uso en la industria.

La misión de la firma alcanzó efectos positivos. Así se conoció este martes, en la Presentación de Resultados de la Medición de Huella de Carbono y del Plan Verde que se implementa a su cadena de Economía Circular PET.

La empresa informó que 0,99 kilos de dióxido de carbono (CO2) son emitidos en el proceso de manufactura de cada kilogramo de resinas con PET reciclado y reciclable que se producen en Enkador, en la planta de transformación de envases PET.

El estudio de medición de huella de carbono se desarrolló en 2022 en la empresa, ubicada en el sector de Sangolquí (Pichincha), según información difundida por Periodismo Público.

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Los procesos de rigor

La medición de la huella de carbono consiste en conocer cuántos kilogramos de CO2 emite la fabricación de un producto desde la cuna hacia la puerta del fabricante, es decir, dentro del perímetro en el cual el productor tiene control sobre los objetos que elabora o los servicios que presta.

En el caso de Enkador y su planta de reciclaje de PET post consumo, esto se traduce en el proceso que va desde la llegada de la materia prima a los centros de acopio hasta la entrega de productos (preformas y botellas R-PET) a los compradores, pasando por etapas de transporte, almacenamiento y distribución.

Para ejecutar la medición, se considera indicadores como el consumo de energía eléctrica, el uso de combustibles fósiles y el tipo de materias primas e insumos empleados.

De acuerdo con los resultados obtenidos, en Enkador se evitó que aproximadamente seis mil toneladas de CO2 se emanen al medio ambiente durante el año en el que se realizó la medición. 

De acuerdo a datos obtenidos por Periodismo Público, las métricas indican que, dentro de los 0,99 kilos de CO2 que derivan del proceso de transformación del PET en R-PET (PET reciclado), el peso que cada etapa de producción tiene en la generación de la huella está en los siguientes elementos y porcentajes: manufactura: 76,5%, transporte: 23,2% y uso: 0,3%.

De acuerdo a una investigación de Franklin Associates, la producción de cada kilogramo de PET virgen (no reciclado) genera 2,53 kilogramos de CO2 que se expulsan al ambiente.

En esa línea, Daniel Romero, gerente General de Enkador, reflexionó que la empresa asumió el reto enfocado en la sostenibilidad para hacer un producto de forma eficiente.

“Hemos pasado de una economía lineal y la transformamos para darle un valor ambiental y social”, indicó.

Romero añadió que la medición sirve también para conocer en dónde se encuentran a nivel de planta. “Por ello, quisimos emprender el primer paso que es la medición”, advirtió.

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