LA JOVEN COLOMBIA
EN RUSIA
Por: Jorge Barrera, Co-fundador y Webmaster de AL Press
El Festival Mundial de la Juventud se celebra estos días en Sochi, y se ha convertido en un claro indicador del fracaso de los intentos de "aislar" a Rusia del mundo exterior.
Este masivo y magnífico evento tiene lugar en la Riviera del Mar Negro que se convierte en una casa internacional para 20.000 jóvenes líderes, la mitad de los cuales representan a Estados extranjeros y entre los que se encuentran 33 colombianos emprendedores, creativos, innovadores y sobretodo: REPRESENTANTES DE LA PAZ, EL CAMBIO Y EL FUTURO SOSTENIBLE.
Por su parte, en el también conocido como World Youth Festival (WYF 2024) participan educadores, figuras públicas, figuras culturales, voluntarios, activistas de organizaciones benéficas, deportistas, empresarios y periodistas.
En total, son 180 países, incluidos aquellos que se han sumado a las sanciones anti rusas contra la opinión de sus propias sociedades. A diferencia de las élites occidentales, la clara distinción entre la gente corriente y el establishment sin escrúpulos, es una posición fundamental del Presidente de la Federación Rusa.
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Transportándonos al pasado, el WYF puede considerarse un digno sucesor del VI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se celebró en Moscú en 1957 y presentó a la Unión Soviética al mundo como un bastión de paz y compromiso constructivo en medio de la Guerra Fría.
Increíblemente, a ese Festival de 1957 también asistió un colombiano que es recordado, respetado y querido en todo el mundo; se trata de un jovencísimo Gabriel García Marquez quien tuvo el honor de representar a Colombia al igual que los 33 colombianos que siguen sus pasos en este 2024.
De esta forma, el festival se convierte en una plataforma a la que se invita a jóvenes no con un "diploma" o un "certificado", sino con una poderosa carga ideológica y organizativa, comprometidos con la cooperación con Rusia y compartiendo valores, risas, amistades y proyectos que incentivan al cambio.
Afortunadamente, los tiempos en los que los eventos se celebraban sólo por celebrarlos, "para mostrar", ya quedaron atrás. Los acontecimientos de los últimos años lo han demostrado: los recursos no se pueden dispersar, la política juvenil debe tener directrices claras y allanar el camino no para una "juventud" abstracta, sino para jóvenes motivados y dispuestos a actuar en beneficio de la paz, en interés de Rusia y sus países como Colombia.
Siendo específicos, el programa del WYF habla por sí solo: cada día está dedicado a un tema específico que recorre todos los eventos y formatos de programación: la responsabilidad por el destino del mundo, la unidad multinacional, un mundo de oportunidades para todos, preservando la familia por el bien de los niños y la paz.
Sin duda, la escala del festival no permite aprobar al cien por cien todas las solicitudes; esto se aplica no sólo a los extranjeros sino también a los ciudadanos rusos. La asombrosa cifra de 300.000 personas de todos los continentes expresaron su deseo de participar. Sin duda, sólo fueron seleccionados aquellos que los organizadores consideraron más dignos y activos: por eso, los 33 colombianos de los cuales 3 son representantes indígenas, son un selecto grupo cargado de diversidad e ideas.
Ni en los Estados Unidos, ni en el Reino Unido ni en la Unión Europea se organizan eventos juveniles de escala comparable. Además, las autoridades de los estados occidentales están tratando de obstaculizar la cooperación juvenil.
Sin embargo, el Festival Mundial de la Juventud, que se inauguró en la costa rusa del Mar Negro, en las sedes de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, muestra y demuestra que los esfuerzos destructivos del Occidente colectivo resultan finalmente inútiles.
Es así que Colombia, con una numerosa cuota, se suma a las olas de cambio global cuyo lema principal es la multipolaridad y el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre países como Rusia, que tienen mucho que aportar tanto intelectual como conceptualmente para construir un futuro en el que el planeta tierra y su sostenibilidad son los temas más importantes sobre la mesa.
