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JAPÓN Y EL COVID

Por Tetsuya Kuroyabu; Corresponsal de AL Press en Japón

La pandemia causada por el covid-19 fue un túnel largo y oscuro para los dueños de pequeños restaurantes. Afortunadamente, ahora por fin se han levantado las estrictas restricciones impuestas por el gobierno y autoridades locales. Las ciudades japonesas han vuelto a la vida.

 

En Japón, las enfermedades infecciosas se clasifican en cinco niveles de riesgo. El mayor riesgo de enfermedad grave corresponde a la categoría 5 y el menor a la categoría 1.

 

El 8 de mayo de 2023, el Ministerio japonés de Sanidad, Trabajo y Bienestar rebajo el covid-19 de la categoría 5 a la categoría 2. En consecuencia, se levantaron las restricciones a la prevención de la infección. Oficialmente se acabó el covid-19.

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El primer caso de la infección por el covid-19 en Japón se produjo el 16 de enero de 2020. Desde entonces, el Gobierno y las autoridades locales habían tomado estrictas restricciones, pidiendo a la población que se abstenga de salir. Con esta política nacional, especialmente los restaurantes más pequeños se vieron afectados.

 

Satomi Okayama, dueño de una taberna en Yokohama, ciudad comercial y de negocios vecina de Tokio, afirma lo siguiente: “Recientemente, los clientes habituales han vuelto a mi taberna. Veo la luz de esperanza. En los últimos tres años, los ingresos han sido muy escasos; pero, tenían que pagar el alquiler de la taberna, lo que era una enorme carga financiera. Se disponía de fondos públicos de apoyo, pero no eran muy eficaces. Esto se debe a que los apoyos financieros públicos se contabilizan como Ingresos de la empresa, por lo que estaba obligado a pagar bastante cantidad de impuestos a la agencia tributaria. Tras el inicio de la guerra en Ucrania, los precios de los alimentos y el combustible han subido mucho. Especialmente, aceite de cocina se ha encarecido.

 

La tasa de autosuficiencia alimentaria de Japón es del 38% en calorías. (2020). La autosuficiencia energética, incluyendo petróleo y gas natural licuado, es del 11,8% (2018). Como Japón es un país dependiente de las importaciones, el conflicto de Ucrania ha tenido un importante impacto negativo en la economía japonesa. Combinado con el impacto del covid-19, muchos restaurantes quebraron. Sin embargo, Satomi se sentía tan apegado a su trabajo que no cerró la taberna a pesar del negocio deficitario.

 

Satomi abrió esta taberna en el año 2004. Ahora no hay ni un solo empleado.

 

Lleva la tienda ella sola, desde la compra de alimentos hasta la preparación de la comida. Recordando el último medio siglo, Satomi dice lo siguiente:

 

“Mi marido trabajaba para Daiei, empresa de grandes almacenes, y estaba bien pagado, pero necesitábamos más ingresos adicionales para criar a nuestros dos hijos. Entonces, empecé a trabajar por Mister Donut, tienda franquicia de Donuts. Empecé a tiempo parcial y luego me convertí en gerente. Aquí aprendí a dirigir el sector de restauración.”

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Los costos de educación son extremadamente altos en Japón. Según datos oficiales del Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología, las tasas de matrícula en las universidades nacionales ascienden a unos 3655 dólares anuales (2020). Las universidades privadas son más del doble. Una bolsa de pan cuesta un dólar. Una lata de cerveza (300ml) cuesta 1.7$. Un racimo de uvas cuesta 3 $. El coste de la vida es muy alto en Japón.

 

Mientras tanto, según el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, el ingreso familiar promedio en Japón es de aproximadamente 38.000 dólares (2018).

 

No hay muchas familias económicamente acomodadas. Esto es la razón porque Satomi puso en marcha su taberna.

Joven que montó su propio negocio

 

En el mismo barrio donde se encuentra la taberna de Satomi, hay otra taberna de un joven que se llama Akihiko Chiba; abrió hace tres años, cuando acababa de brotar la infección de covid-19. Akihiko no podían retirarse del negocio porque ya había invertido importantes fondos.

 

 Akihiko empezó a vender almuerzos, además de su negocio principal. Él solía cocinarlos, empaquetaba y vendía para aumentar los ingresos lo máximo posible. Aunque ahora se ha recuperado el número de gente que viene, los tres años siguientes a la catástrofe de covid-19 fueron una serie de sufrimientos.

 

Antes de abrir la taberna, Akihiko trabajaba por ocho años como empleado de una empresa que explotan restaurantes. Recordando su motivación de decidirse a montar su propio negocio, Akihiko dice:

 

“Cuando era un empleado de la empresa, sólo trabajaba siguiendo órdenes. No tenía autoridad para tomar decisiones. Así que ahorré mi dinero y empecé mi propio negocio.”

 

Akihiro emplea actualmente a unos trabajadores. También está él mismo en la cocina. Recordando su experiencia en el desastre del covid-19, dice lo siguiente: “Durante la catástrofe de la corona, algunos comercios podían recibir ayudas públicas y otros no. Yo pensaba que todos fueran iguales.”

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Decadencia de la economía japonesa

 

Según datos de la Agencia de la Pequeña y Mediana Empresa, en Japón hay 3,57 millones de pequeñas y medianas empresas. (2016) Esto representa el 99,7% de todas las empresas japonesas. 

 

Alrededor del 70% de los trabajadores asalariados pertenecen a pequeñas y medianas empresas, que ocupan una posición importante en la economía japonesa. 

 

En el sentido japonés, tanto Satomi como Akihiko pertenecen a la clase trabajadora.

 

Desgraciadamente, en los últimos años, mantener en marcha una pequeña empresa se ha vuelto extremadamente difícil. Un factor importante es el declive de la fortaleza económica de Japón. 

 

Por ejemplo, según datos del Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar, en 1984, cuando la economía japonesa estaba en auge, la proporción de trabajadores no fijos era del 15%, pero en 2022 era del 37%. Los salarios a tiempo parcial son extremadamente bajos en comparación con los de los empleados a tiempo completo.

 

Además, los precios mercancías suben gradualmente. Los salarios de los trabajadores se mantienen estables o tienden a la baja, salvo en las grandes empresas.

 

Estos son el resultado del neoliberalismo introducido a principios del siglo. El Gobierno fomenta el espíritu empresarial entre las generaciones más jóvenes, pero ofrece poco apoyo público. Akihiko dice: “Quiero trabajar duro para que dentro de 10 años pueda decir que estoy contento de dirigir esta taberna”.

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