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HABLAN LAS VÍCTIMAS DE HAMÁS

Por: Gabriela Castillo; Representante de AL Press en Ecuador

Nuestros seres queridos están en infierno. No sabemos cuál es su destino desde ese fatídico sábado negro". Así lo expresó Itzik Horn, familiar de las personas que fueron secuestradas tras un ataque por parte del grupo terrorista Hamás.  En una conferencia vía Zoom, Horn dialogó con varios medios de comunicación de la región. 

El encuentro se realizó en coordinación con la Comunidad Judía del Ecuador. Durante la charla “Nuestros hijos están en manos de Hamás”, Horn narró la tragedia que vive y la incertidumbre de no conocer sobre sus seres queridos. 

Horn reiteró que su decisión es hablar con todos los medios de comunicación. Recordó que incluso terminó discrepando con medios de comunicación de España. Pero eso no le importó. Él está convencido de que hay que salir a todos los micrófonos para hablar y decir lo que ocurre. "La gente no sabe que Hamás mató a 1.400 personas, la gente no está en condiciones de entenderlo. No podemos hacer otra cosa que más que tratar de explicarlo", expresó en declaraciones a la Agencia de Noticias Al Press. 

El ataque del 7 de octubre, donde terroristas de Hamás derribaron el muro fronterizo, afectó gravemente a comunidades como Nir Oz, dejando un saldo de asesinatos y secuestros. Entre los secuestrados se encontraban los hijos de Horn y otras familias, generando una crisis humanitaria y un llamado urgente a la acción.

La narrativa de Horn destaca cómo el terror se apoderó de Nir Oz, especialmente para aquellos que tenían seres queridos secuestrados. La incertidumbre y la angustia se apoderaron de la vida cotidiana en la región, marcando la tragedia como uno de los momentos más oscuros en la historia reciente.

La respuesta de Israel no se hizo esperar, llevando a cabo una serie de operaciones militares en la Franja de Gaza como represalia al ataque de Hamás. La región se vio inmersa en una espiral de violencia que complicó aún más la situación y profundizó las heridas de la comunidad afectada.

 

Después de más de 100 días desde el ataque, la situación sigue siendo crítica. Los familiares de los secuestrados intensificaron su campaña para presionar al gobierno israelí, exigiendo un cese al fuego inmediato y la negociación para la liberación de los cautivos.

El Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos ha liderado manifestaciones y acciones para mantener la atención internacional sobre la tragedia. Han buscado concientizar a través de réplicas de túneles de Hamás, destacando las condiciones precarias en las que se encuentran los rehenes.

Más de tres meses de sufrimiento

A más de 100 días del secuestro, las familias han expresado su angustia, afirmando que el tiempo se agota y exigiendo una intervención urgente para salvar a los rehenes. Las negociaciones con Hamás y los esfuerzos internacionales siguen siendo un punto crítico en la búsqueda de una solución.

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, ha mantenido una postura firme, insistiendo en que la guerra no se detendrá por amenazas externas. Las tensiones persisten, y el gobierno israelí ha rechazado propuestas de alto al fuego que incluían la liberación de los secuestrados.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, se dirigió a las familias en una concentración histórica, llamando a la comunidad internacional a involucrarse en la búsqueda de una solución. La oposición, representada por Yair Lapid, insta a traer a los rehenes a casa de inmediato, aunque la realidad sobre el terreno sigue siendo compleja.

El conflicto ha dejado un saldo humano devastador, con pérdidas de vidas tanto en el lado israelí como en Gaza. Las cifras de muertos y heridos, junto con la destrucción generalizada, han marcado estos 100 días como un periodo oscuro en la historia de la región.

La guerra ha afectado a la población civil en Gaza de manera desgarradora, con un alto número de desplazados, condiciones precarias y una necesidad urgente de ayuda humanitaria. La ONU ha denunciado la situación, llamando la atención sobre las consecuencias duraderas para la población afectada.

Desde la comunidad internacional

La comunidad internacional sigue presionando por un alto al fuego y una solución diplomática. Sin embargo, las posturas inflexibles y la falta de compromiso han complicado cualquier avance significativo. La urgencia de la situación se refleja en la vida diaria de aquellos que esperan el regreso de sus seres queridos.

La realidad en la región persiste en una dualidad de sufrimiento, con ambas partes buscando afirmar sus intereses y objetivos. Mientras las negociaciones se enfrentan a obstáculos, la desesperación de las familias de los secuestrados sigue siendo un recordatorio constante de la urgencia de encontrar una solución.

A medida que la crisis se prolonga, la comunidad internacional enfrenta el desafío de encontrar un terreno común y superar las diferencias políticas que han contribuido al estancamiento actual. La búsqueda de una paz duradera se presenta como un objetivo cada vez más esquivo.

En estos más de 100 días, la guerra ha dejado cicatrices profundas en la región, afectando no solo a los directamente involucrados, sino también a la estabilidad y la percepción internacional de la situación. La reconstrucción, tanto física como emocional, será un desafío monumental en los días venideros.

La incertidumbre sobre el destino de los secuestrados persiste, mientras la comunidad internacional se esfuerza por encontrar vías para erradicar la situación. La atención mundial sigue puesta en la región, con la esperanza de que se logre un avance significativo en el corto plazo.

En este contexto, la voz de las víctimas, representada por personas como Itzik Horn, resuena con fuerza, recordándonos la humanidad detrás de los titulares. La necesidad de empatía y comprensión se vuelve crucial. 

El tiempo pasa.Cada minuto que pasa están sufriendo.Corren peligro porque pueden llegar a morir en bombardeos que pueden ocurrir", reiteró el ciudadano. “Exigimos al Gobierno de Israel sacarlos a todos sanos y salvos. Quiero de vuelta a mis hijos”, expresó la víctima.

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