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ECUADOR Y EL TRÁFICO DE DROGAS EN AMÉRICA LATINA

Por Gabriela Castillo; Corresponsal de AL Press en Ecuador

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Las organizaciones dedicadas al cultivo y tráfico de cocaína en Colombia, Perú y Bolivia son cada vez más eficientes. Esa una de las conclusiones del informe denominado "Estudio de la Evaluación Situacional del Entorno Estratégico del Narcotráfico en Ecuador". 

El documento, que se presentó este lunes en Quito, presenta por primera vez, una radiografía sobre la producción, tráfico y consumo de drogas a escala regional y nacional. 

Según el documento, en América del Sur, entre 2019 y 2021, uno de los principales protagonistas relacionado a los cultivos de hoja de coca - y que continúa concentrando la gran mayoría de la superficie mundial- es Colombia que refleja el 65% de los cultivos, seguido por Perú con el 24% y Bolivia con el 11%.

El informe establece que, en 2019, los cultivos de hoja de coca entre los tres países fueron de 234.635 hectáreas (ha). Sin embargo, en 2021, la extensión se incrementó a 314.881 ha.

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De acuerdo al Informe Mundial de Drogas 2022, la importancia de los Estados Unidos como mercado mundial de la cocaína puede estar disminuyendo en comparación con periodos anteriores. 

Según las autoridades de ese país, el tráfico de cocaína a América del Norte inicia en los países Andinos: la cocaína sale principalmente de Colombia y Ecuador a través de la ruta del Pacífico oriental, que se estima representa el 74% de toda la cocaína introducida en América del Norte. Le sigue la ruta del Caribe occidental (16%), que parte de Colombia. 
 

La tercera ruta de tráfico es la ruta del Caribe (por la que se trafica el 8% de la cocaína incautada en América del Norte), que parte tanto de Colombia como de Venezuela.

En lo que respecta al cultivo ilícito de amapola, únicamente Colombia y México reportan la presencia de este tipo de plantaciones.
 

Si bien ambos países no han actualizado su monitoreo de cultivos ilícitos de amapola, siendo el último reporte en el 2018 en donde Colombia indica la existencia de 663 ha derivado en 18 toneladas de opio, especialmente en la sierra colombiana controlada por el Ejército de Liberación Nacional y el Clan del Golfo, mientras que México indica una producción de 28.000 hectáreas de amapola que derivan en 450 toneladas de opio disminuyendo a 21.500 hectáreas en el año 2019, en sectores controlados por el Cártel de Sinaloa.

Por otro lado, la economía del narcotráfico se apalanca también en el incremento de los cultivos de cannabis, destacando la marihuana tipo “creepy”. 

En relación con la incidencia hacia el Ecuador, el 98% (233 hectáreas) de estos cultivos detectados en campo abierto se encuentran registrados en el departamento del Valle del Cauca en Colombia (frontera Ecuador - Colombia), donde un gran porcentaje se ubican en resguardos indígenas con difícil control y acceso para el Estado.

Según el promedio de precios establecidos en los principales mercados de consumo del país, un kilo de cannabis oscila entre los $ 288.

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Las cifras de Ecuador

El documento fue elaborado a través de investigaciones de inteligencia y con el apoyo de la Dirección de Asuntos Antinarcóticos de los Estados Unidos, explicó Liv Kilpatrick, de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL) en la Embajada de los Estados Unidos en Ecuador. 

El panorama ecuatoriano es alarmante. Entre el 1 de enero de 2019 al 31 de diciembre de 2022, la Dirección Nacional de Investigación Antidrogas incautó 619 toneladas de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización. De esta cantidad, el 87% corresponden al tráfico internacional de drogas y el 13% (66,04) al tráfico para consumo interno.

El tráfico de clorhidrato de cocaína representa la mayor cantidad de incautaciones reportadas por la DNA y adquirió mayor relevancia en la cadena de valor del narcotráfico en el Ecuador. Esta droga ilícita, pasó de representar el 60% de incautaciones en 2019 al 90% de los resultados operacionales, en 2022.

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Un país de almacenamiento 

El aumento de la oferta de drogas ilícitas en el Ecuador y la tendencia al alza de las incautaciones evidenció un cambio, de ser un país de tránsito de alcaloide a convertirse en una de las principales plataformas de almacenamiento y tráfico de drogas de la región. 

Esta incidencia atrajo a miembros de organizaciones extranjeras a establecer sus zonas de operaciones en territorio ecuatoriano, generando alianzas estratégicas con grupos locales quienes por la pugna del poder de las economías ilícitas han instituido una cultura de violencia, reflejando en los modos operacionales y disputas entre organizaciones locales. 

Pablo Ramírez, Director Nacional Antinarcóticos explicó que además de los cárteles de México y de Colombia, hay otros 12 micro cárteles que operan en el país y que lo mantienen como país de paso y almacenamiento de droga.

"Estas zonas se han ido conformando con un adicional actor que son planes de organizaciones delictivas de libaneses, de los países de los Balcanes", explicó. 

El tráfico de drogas conlleva en una serie de delitos que incrementaron la inseguridad y las muertes violentas en el país, especialmente en el Distrito Metropolitano de Guayaquil (Guayas) y en provincias como Esmeraldas, Manabí, Los Ríos, El Oro, Santo Domingo, Santa Elena, Cañar y Sucumbíos. 

En la actualidad, estas jurisdicciones son consideradas como la zona y subzonas más afectadas por la violencia latente en el país, surgiendo lugares críticos en cada uno de estos sectores, donde se dinamiza la cadena logística de alcaloide (suministro-ingreso-acopio-plataformas de envío) y donde se concentran las zonas de operaciones de los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) visibles en el país.

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